martes, 24 de abril de 2012
Traducción: Las 8 creencias principales de los jefes extraordinarios
Me interesó este artículo:
http://www.inc.com/geoffrey-james/8-core-beliefs-of-extraordinary-bosses.html
Por supuesto, es inevitable que hasta que conozcas a uno de estos tipos extraordinarios y los tengas como jefe, todo lo de la traducción de abajo te va a parecer un montón de pavadas.
La traducción (libre):
Los mejores jefes tienen un entendimiento fundamentalmente diferente acerca del lugar de trabajo, la empresa y las dinámicas de equipo.
Unos años atrás entrevisté a alguno de los más exitosos CEOs del mundo para descubrir sus secretos de management. Aprendí que lo mejor de lo mejor tiende a compartir los siguientes puntos de vista:
1) Los negocios son un ecosistema, no un campo de batalla
Los jefes "promedio" ven los negocios como un conflicto entre empresas, tienen "tropas", y demonizan a sus competidores como "enemigos, sus clientes son "territorio" a ser conquistado.
Los jefes extraordinarios ven los negocios como un ecosistema, donde el mejor adaptado tiene chances de sobrevivir. Naturalmente crean equipos que se adaptan fácilmente a nuevos mercados; forman rápidamente alianzas con otras empresas, clientes e incluso competidores.
2) La empresa es una comunidad, no una máquina
Los jefes "promedio" consideran a su empresa una máquina, y a sus empleados, como partes de ella. Crean rígidas estructuras y tratan de mantener el control "bajando palancas" y "gobernando el barco".
Los jefes extraordinarios ven sus empresas como un conjunto de esperanzas y sueños de individuos, todos conectados por un propósito mayor. Inspiran a sus empleados a dedicarse ellos mismos al éxito de sus compañeros de trabajo y por ende, al de la comunidad, y al final, al de la empresa en sí.
3) El management es servicio, no control
Los jefes promedio quieren empleados que hagan exactamente lo que se les dice. Están extremadamente alertas a todo lo que pueda fomentar insubordinación y crean un ambiente de trabajo donde la iniciativa de un individuo es enmudecida mediante la filosofía "esperá y veamos qué dice el jefe".
Los jefes extraordinarios fijan una dirección general y se comprometen ellos mismos a obtener los recursos que sus empleados necesiten para poder hacer el trabajo. Delegan decisiones, permitiendo que los equipos formen sus propias reglas e interviniendo solo en emergencias.
4) Mis empleados son mis pares, no mis hijos
Los jefes promedio ven a sus empleados como inferiores, inmaduros, en los que simplemente no se puede confiar sin un control patriarcal. Los empleados se dan cuenta de esa actitud, y gastan energía en parecer ocupados y cubrirse la espalda.
Los jefes extraordinarios tratan a cada empleado como si él o ella fueran la persona más importante en la empresa. La excelencia se espera en donde sea dentro de la empresa, desde la bahía de carga hasta las salas de reuniones. Como resultado, los empleados en todos los niveles se hacen cargo de sus propios destinos.
5) La motivación viene de una visión, no del miedo
Los jefes promedio ven el miedo a ser despedidos, ridiculizados y a perder beneficios/privilegios como un modo crucial de motivar a la gente. Como resultado, los empleados se paralizan y no son capaces de tomar decisiones que impliquen el riesgo de fallar.
Los jefes extraordinarios inspiran a la gente para que vean un futuro mejor y cómo ellos serán parte de eso. Como resultado, los empleados trabajan más duro porque creen en los objetivos de la organización, y verdaderamente disfrutan lo que están haciendo y - por supuesto - saben que ellos compartirán la recompensa al final.
6) El cambio es crecimiento, no dolor
Los jefes promedio ven el cambio como complicado y amenazante, algo a afrontar solo si la empresa está en una situación desesperante. Subconscientemente "torpedean" los cambios, hasta que es demasiado tarde.
Los jefes extraordinarios ven el cambio como una parte inevitable de la vida. Aunque no lo valoran al cambio por sí mismo, saben que el éxito solo es posible si empleados y organización abrazan nuevas ideas y nuevas maneras de hacer negocios.
7) La tecnología ofrece fortalecimiento, no automatización
El jefe promedio adhiere a la vieja visión IT de que la tecnología es principalmente una manera de fortalecer el control gerencial y aumentar la predictibilidad. Instalan sistemas centralizados que deshumanizan y antagonizan empleados.
Los jefes extraordinarios ven la tecnología como modo de liberar a los seres humanos para ser creativos y construir mejores relaciones. Adaptan los sistemas de oficina a las herramientas como smartphones y tabletas, lo que la gente usa en realidad.
8) El trabajo debería ser divertido, no un mero esfuerzo
Los jefes promedio están metidos en la noción de que el trabajo es a lo sumo, un mal necesario. Esperan que los empleados no estén contentos al trabajar, por lo tanto tienden subconscientemente a definirse a sí mismos como "opresores" y a sus empleados como "víctimas", luego cada quien se comporta de acuerdo a ese paradigma.
Los jefes extraordinarios ven al trabajo como algo que debería ser inheremente disfrutable y creen en consecuencia que la parte más importante del trabajo del jefe, es tanto como sea posible, poner a la gente a trabajar en puestos en que puedan ser verdaderamente felices.
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